El movimiento había sorprendido a más de un observador. En pleno primer confinamiento, mientras los mercados financieros vivían fuertes turbulencias, algunos franceses habían encontrado su camino hacia la bolsa. A lo largo de 2020, el balance de vendedores y compradores de acciones había sido mayoritariamente positivo, mientras que en los trimestres anteriores fue negativo, con la excepción del período de los juegos de salida a bolsa de Francia, en noviembre de 2019.
Este regreso fue tanto más sorprendente cuanto que, “En el pasado, los ahorradores a menudo llegaban en el momento equivocado, después de movimientos alcistas en las acciones, lo que no es demasiado inteligente. En Francia, la educación económica y financiera no es tan alta como en otros países”señala Benoît de Juvigny, secretario general de la Autorité des marchés financiers (AMF).
Con paciencia, las acciones se encuentran, no obstante, entre las mejores inversiones que existen, con una tasa interna de retorno (que tiene en cuenta la rentabilidad de la inversión, pero también los costes, la fiscalidad, etc.) del 15,1 % durante cuarenta años (1982). -2022) y 8,8% mayores de treinta años, según el último estudio (abril) del Instituto de Ahorro Inmobiliario y Territorial.
Los franceses suelen ser muy prudentes cuando se trata de invertir en acciones. “Después de alcanzar un máximo de más de 6 millones en la segunda mitad de la década de 2000, el número de accionistas directos se mantiene por debajo de los 4 millones en la actualidad”, observa Philippe Crevel, director del think tank Cercle de l’épargne. La crisis financiera de 2008, luego la crisis de la deuda en 2011 y la consiguiente caída del mercado enfriaron a los ahorradores franceses que ya se mostraban reacios a asumir riesgos.
La última encuesta realizada por el Instituto Kantar para la AMF muestra que en marzo de 2022 solo el 6,7% de los franceses de 15 años o más poseían acciones directamente, un nivel estable desde mediados de la década de 2010, pero que “cache conserva un desarrollo importante que es el de un rejuvenecimiento de la población de accionistas individuales”destaca la AMF.
“Arriésgate más”
Desde 2019, la proporción de menores de 35 años en la población total de inversores ha ido en aumento. Este es particularmente el caso de los jóvenes de 15 a 24 años. «Nunca, desde el inicio de la investigación de Sofía [Kantar]su peso no había sido tan alto: más del 10% de los accionistas declarados en marzo de 2022”observa la AMF. “La nueva generación parece más proclive a correr más riesgos, sin mencionar que invertir en acciones se vuelve más divertido con la aparición de los “neobrokers” [courtiers en ligne] »señala M. Crevel.
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