Moscú amenaza con poner fin al acuerdo de cereales del Mar Negro si el G7 prohíbe las exportaciones a Rusia. ¿Por qué es importante el trato?
Si el G7 prohíbe las exportaciones a Rusia, Moscú amenaza con poner fin al acuerdo de granos del Mar Negro, considerado clave para abordar la crisis mundial del hambre.
Esta prohibición podría ser parte del conjunto de sanciones en constante evolución que los aliados han impuesto a Moscú por su guerra en Ucrania.
Ucrania normalmente suministra alrededor de 45 millones de toneladas métricas de grano al mercado mundial anualmente y es el principal exportador mundial de aceite de girasol. Junto con Rusia, representó alrededor de una cuarta parte de las exportaciones mundiales de trigo en 2019.
El domingo, Dmitry Medvedev, expresidente ruso y vicepresidente del consejo de seguridad de Rusia, insinuó en una publicación de Telegram que Moscú respondería a una nueva prohibición de exportación del G7 deteniendo el flujo de «bienes que son los más sensibles al G7».
Respuesta de la Alianza: En una declaración emitida el domingo por el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, el G7 pide la «extensión, implementación total y expansión» del Acuerdo de Granos del Mar Negro.
Moscú ya se ha retirado del acuerdo en otras ocasiones: Rusia había suspendido su participación en el acuerdo negociado por la ONU en octubre de 2022 tras los ataques con drones en la ciudad ucraniana de Sebastopol, en Crimea.
Los envíos han sido intermitentes durante el trato, con cada parte acusando a la otra de sabotear la operación.
Orígenes del acuerdo e impacto: Turquía, junto con las Naciones Unidas, ayudó a negociar el acuerdo en julio de 2022. El acuerdo estableció un procedimiento que garantizaba la seguridad de los barcos que transportaban granos, fertilizantes y otros alimentos ucranianos a través de un corredor de ayuda humanitaria en el Negro Mar.
Según el acuerdo, todos los barcos que entraban y salían de los puertos ucranianos eran inspeccionados y controlados por equipos internacionales compuestos por funcionarios de Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU.
Uliana Pavlova, Sugam Pokharel, Dennis Lapin, Ivana Kottasová y Katharina Krebs de CNN contribuyeron a este informe.