Tokio, Japón (CNN) — La población de Japón disminuyó por duodécimo año consecutivo a medida que aumentan las muertes y la tasa de natalidad continúa disminuyendo, según datos del gobierno publicados el miércoles.
La población japonesa se situó en 124,49 millones, en 2022, lo que supone un descenso de 556.000, respecto al año anterior, según las cifras.
Esa cifra representa tanto el cambio natural en la población, es decir, muertes y nacimientos, como el flujo de personas dentro y fuera del país.
El cambio natural del año pasado fue el más grande registrado, con una caída de 731.000 personas, amortiguado por una afluencia de personas que ingresaron a Japón, lo que proporcionó un aumento de 175.000, dijo el secretario jefe del gabinete, Hirokazu Matsuno. en una conferencia de prensa este miercoles.
«Es esencial tomar medidas enérgicas para abordar la disminución de la tasa de natalidad, que es un factor importante en la disminución de la población, como uno de los temas de mayor prioridad que se debe abordar», dijo Matsuno.
Japón tiene uno de los tasas de natalidad más bajas del mundo, así como una de las mayores expectativas de vida; en 2020, casi una de cada 1500 personas en Japón tenía 100 años o más, según datos del gobierno.
Eso significa una población de ancianos en aumento, una fuerza laboral cada vez menor y un número insuficiente de jóvenes para llenar los vacíos, lo que representa una crisis demográfica que lleva décadas en desarrollo.
La tendencia se está viendo en todo el país, con todas las 47 prefecturas de Japón, excepto Tokio, que informaron una disminución en los residentes el año pasado, según datos publicados el miércoles. Una aldea en el centro de Japón ha registrado solo un niño recién nacido en 25 años, un nacimiento que fue anunciado como un milagro para los residentes mayores de la ciudad.
La situación es tan grave que el Primer Ministro de Japón, Fumio Kishida, advirtió a los legisladores en enero que el país está “al borde de no poder mantener las funciones sociales”, por la caída de la natalidad.
Agregó que apoyar la crianza de los hijos era la «política más importante» del gobierno y que resolver el problema «simplemente no puede esperar más».
Los problemas que vienen de la falta de población
Algunos investigadores y científicos del clima argumentan que la disminución de la población podría beneficiar a nuestros maltratados ecosistemas y reducir las emisiones a medida que empeora la crisis climática. Pero también significa problemas para países como Japón, con menos trabajadores para financiar las pensiones y la atención médica, y menos personas para cuidar a los ancianos.
En abril, Japón lanzó su nueva Agencia para Niños y Familias, que se enfoca en medidas para apoyar a los padres, como establecer más guarderías, y brinda servicios para jóvenes, como asesoramiento.
Iniciativas similares anteriores, a menudo llevadas a cabo por las autoridades locales, hasta ahora no han logrado cambiar las cosas.
El ajetreado estilo de vida urbano y las largas horas de trabajo dejan poco tiempo para que algunos japoneses formen una familia, y el aumento del costo de vida significa que tener un bebé es simplemente demasiado costoso para muchos jóvenes.
En 2022, Japón fue clasificado como uno de los lugares más caros del mundo para criar a un niño, según una investigación de la institución financiera Jefferies. Y, sin embargo, la economía del país ha estado estancada desde principios de la década de 1990, lo que significa salarios frustrantemente bajos y poca movilidad ascendente.
La caída en el número de ciudadanos japoneses en el último año también destaca las opiniones profundamente conservadoras del gobierno sobre la inmigración. Los extranjeros representaron solo el 2,2% de la población en 2021, según el gobierno japonés, en comparación con el 13,6% en los Estados Unidos.
Estas actitudes también están muy extendidas entre el público: un estudio de 2021 del Centro de Investigación Pew encontró que aproximadamente la mitad de los adultos japoneses dicen que tener una sociedad diversa hace que su país sea un peor lugar para vivir, aunque este porcentaje es más bajo que en años anteriores.