(CNN)– Unas 100 personas, entre ellas mujeres y niños, murieron después de la junta militar de myanmar bombardearon el municipio de Kant Balu en la región de Sagaing el martes, según el gobierno en la sombra de la administración derrocada.
El ataque causó “la pérdida de decenas de civiles inocentes y heridas a muchos más, incluidos niños y mujeres embarazadas”, dijo el Ministerio de Trabajo del Gobierno de Unidad Nacional (NUG) en un comunicado, describiéndolo como un “acto atroz” que constituye “ un crimen de guerra”.
El medio local de noticias The Irrawaddy informó que un avión a bordo lanzó dos bombas y disparó contra el pueblo mientras la gente se reunía para la inauguración de una nueva oficina en el pueblo.
La junta militar aún no se ha pronunciado públicamente sobre el presunto ataque. CNN se ha comunicado con un portavoz de la junta militar, pero aún no ha recibido respuesta.
Fotos y videos compartidos por The Irrawaddy y otros medios locales muestran los cuerpos de las víctimas, así como edificios, vehículos y escombros destruidos tras el ataque aéreo. CNN no pudo confirmar la autenticidad del video y las fotos.
El primer ministro de la Unión NUG, Mahn Winn Khine Thann, dijo en Twitter que estaba «desconsolado» por la «masacre aérea».
Miles de personas han muerto en Myanmar desde que los militares tomaron el poder en un golpe de estado en febrero de 2021.
La junta expulsó a la líder democráticamente electa Aung San Suu Kyi, quien luego fue sentenciada a 33 años de cárcel durante juicios secretos. Ella tomó medidas enérgicas contra las protestas contra el golpe, arrestó a periodistas, retuvo a presos políticos y ejecutó a varios destacados activistas a favor de la democracia, lo que provocó la condena de las Naciones Unidas y grupos de derechos humanos.
Dos años después, el país del sudeste asiático se ve sacudido por la violencia y la inestabilidad. La economía se ha derrumbado, con escasez de alimentos, combustible y otros suministros básicos.
El mes pasado, EE. UU. impuso una nueva serie de sanciones a dos personas con presuntos vínculos con el ejército y tres empresas de su propiedad, según un comunicado del Departamento de Estado.